En términos generales, la seguridad se define como ‘el estado de bienestar, que el ser humano percibe y disfruta gracias a la ausencia de riesgo percibido’. Aunque, este término puede tomar diversos sentidos según el área al que haga referencia.
Los Sistemas de Seguridad son medidas o procedimientos diseñados para proteger una propiedad, información o personas de posibles amenazas presentes o futuras, mediante prevención, detección y eliminación de las amenazas que condicionen el desempeño diario de un individuo, organización o estado.
Hay tantos tipos de seguridad como tipos de amenazas, pero hoy nos vamos a centrar en la Seguridad Corporativa.
Las empresas son organismos complejos y su estructura tiene muchos puntos débiles, cuyos riesgos requieren de una adecuada protección. Seguridad corporativa es el conjunto de medios y técnicas que se utilizan para proteger a la empresa de amenazas potenciales.
Las amenazas a las que se enfrenta una empresa son asimétricas, transversales, combinatorias y contagiosas y pueden ser internas (internos maliciosos, sabotaje, robos, fraudes, etcétera) o externas (atentados terroristas, virus informáticos, etcétera). Para protegerse de estas amenazas, es necesario tratar de coordinar las acciones de seguridad de acuerdo con los escenarios de estas, las empresas utilizan medidas de seguridad que incluyen la seguridad física (cercos, alarmas, cámaras de seguridad, etcétera), la seguridad informática (firewall, antivirus, etcétera) y la seguridad de las personas (cursos de seguridad, políticas de seguridad, etcétera).
Además de proteger a la empresa, la seguridad corporativa también busca prevenir incidentes que puedan dañar la reputación de la empresa. Por esta razón, es importante que las medidas de seguridad se adopten de forma integral y estén coordinadas entre todas las áreas de la empresa. Por lo que el campo de la acción de la seguridad debe cubrir simultáneamente el espacio físico, el psicológico y el cibernético.
¿Qué puede hacer la IA por la seguridad de mi empresa?
La IA permite dotar a cualquier sistema de seguridad de capacidades predictivas, adaptativas y evolutivas, gracias a la incorporación a dichos sistemas de posibilidades de razonamiento, aprendizaje y toma de decisiones centralizada o distribuida. Resulta especialmente relevante en escenarios de alerta, análisis y respuesta a amenazas críticas en el tiempo, como es el campo de la Ciberseguridad, donde los eventos se producen en milisegundos, fuera de la capacidad humana y donde solo la IA distribuida puede ofrecer una respuesta satisfactoria a este tipo de amenazas. En este mismo sentido, la IA permite aumentar las capacidades de detección sensorial, las analítico-sintéticas y la toma de decisiones en cualquier sistema de seguridad, desde una simple alarma o en sistemas de vigilancia y alerta de seguridad medioambiental o alimentaria.
Un ejemplo para “aterrizarlo”:
Un ejemplo de las posibilidades que nos ofrece la IA en el ámbito de la ciberseguridad es que frente a un ataque concurrente y combinando con distintas ciberarmas, la IA puede:
- Reconfigurar los sistemas de protección a partir de la detección temprana e identificación del patrón de ataque utilizando técnicas de razonamiento automático y análisis de patrones, entre otras.
- Adaptar dinámicamente el sistema de seguridad a la naturaleza de la amenaza, ofreciendo una respuesta en forma de contraataque que disuada al adversario.
- Rastrear el origen del ataque mediante agentes inteligentes cooperantes de rastreo e identificación continuo.
En conclusión, las capacidades de planificación y replanificación estratégica de la IA, junto con su flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones, permiten adaptar las configuraciones y protocolos de funcionamiento, en función de la naturaleza, composición y concurrencia de amenazas, haciendo que el sistema de seguridad evolucione a medida que el cuadro de amenazas cambia.